domingo, 25 de marzo de 2018

Otras creencias importantes

Ateísmo:


El ateísmo es el rechazo a la creencia en la existencia de una o más deidades.​​ En sentido estricto, es la postura expresa en la que no existe ningún dios.​ En un sentido más amplio, es la ausencia de creencia en que exista alguna deidad. Se opone al teísmo,​ que en su forma más general es la creencia en la existencia de al menos una deidad.
El término ateo proviene etimológicamente del latín athĕus y este del griego ἄθεος, que significa ‘sin dios(es)’ y fue empleado de forma peyorativa para referirse a quienes rechazaban a los dioses adorados por su sociedad.​ Con el surgimiento y la difusión del librepensamiento, el escepticismo científico y el subsecuente incremento de la crítica de la religión, disminuyó el alcance del término. Las primeras personas en identificarse a sí mismas con la palabra «ateo» vivieron en la Ilustración durante el siglo XVIII. La Revolución francesa, notable por su "ateísmo sin precedentes", presenció el primer gran movimiento político de la historia en abogar por la supremacía de la razón humana.
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Agnosticismo:


El agnosticismo es la postura que considera que los valores de verdad de ciertas afirmaciones —especialmente las referidas a la existencia o inexistencia de Dios, además de otras afirmaciones religiosas y metafísicas— son desconocidas o inherentemente incognoscibles.​ Se diferencia del ateísmo en que este es el descreimiento en dioses, mientras que el agnosticismo es la mera suspensión de la creencia.
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El biólogo británico Thomas Henry Huxley acuñó la palabra agnóstico en 1869. Sin embargo, algunos pensadores y obras de la antigüedad ya habían promovido puntos de vista agnósticos, incluido el agnosticismo de Sanyaia Belatthaputta (filósofo indio del siglo V a. C.) respecto de la existencia de cualquier forma de vida más allá de la muerte,​ el de Protágoras (filósofo griego del siglo V a. C.) sobre los dioses​ y el del «Himno de la creación», parte del texto sagrado indio Rig-veda (uno de los textos conocidos más antiguos, compuesto probablemente entre 1500–1200 a. C.), acerca del origen del universo


Satanismo:

El satanismo consta de un número de creencias relacionadas y fenómenos sociales. Comparten las características de simbolismo, que incluye la veneración y admiración por Satán (o figuras similares). Se cree que Satán apareció por primera vez en la Biblia Hebrea, donde era un ángel que desafiaba la fe de los humanos y la religión. En el Libro de Job se le denominaba «el Satán (que significa «el acusador» o "contra de, enemigo de") y actuaba como el delator en el tribunal de Dios. Un personaje denominado «Satán» fue descrito dentro de los muchos evangelios de los primeros cristianos como el enemigo cósmico del hombre y el tentador de Jesús. Se desarrolló mucho más en amplitud y poder que el portador de Armagedón y Apocalipsis según está caracterizado dentro del Libro de la Revelación. Las religiones inspiradas por estos textos (judíos, cristianos y musulmanes) consideran a Satán tradicionalmente como un adversario o un enemigo; viendo su presencia e influencia en cada aspecto del papel acusatorio remontándose a la Creación y a la Caída del Hombre. La figura de Satán fue tratada de manera diversa, especialmente por los cristianos y musulmanes, como un competidor rebelde o celoso de los seres humanos, y caracterizado como un ángel caído o demonio dominando el infierno penitencial; Dios lo arrojó hacia la Tierra porque en el cielo estaba extraviando a los ángeles, los seres humanos, vagando por el planeta compitiendo por almas o proporcionando el ímpetu para todas las parodias mundanas. Particularmente después de la Ilustración Europea, algunas obras, tales como El paraíso perdido, fueron tomadas por los románticos y descritas como la presentación del Satán Bíblico, una alegoría que representa la crisis de fe, el individualismo, el libre albedrío, la sabiduría y el progresismo. Son pocas en número aquellas obras que en realidad mostraron a Satán como un personaje heroico pero sí que existen: George Bernard Shaw y Mark Twain son dos autores cuyas obras incluyen este precedente en el escrito que fue tomado por los religiosos satánicos.
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